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"COLEGIO NUESTRA SEÑORA
            DEL CARMEN"
"Abramos nuestro espíritu a Dios que todo lo puede y emprenderemos lo que Él quiera."
                          Sta. Joaquina de Vedruna

Nace el 16 de abril de 1783 en Barcelona, en el seno de un hogar profundamente cristiano. Quinta hija del matrimonio Teresa de Vidal y Lorenzo Vedruna. Fueron 8 hermanos.
Recibió el Bautismo el mismo día de su nacimiento en la Iglesia del Pino.
Como otras familias de la época tenían un preceptor (Profesor) que les daba clases en su hogar. Joaquina aprendió a leer en castellano y en catalán.
Tuvo una adolescencia muy corta. A los 12 años se siente llamada a servir a Dios, pero se lo impiden por su corta edad. A los 16 años se casa con Teodoro de Mas, el domingo de Pascua de 1799.
No es aceptada por los suegros hasta que nace su primer hija: Anita. Fue madre de 9 hijos, tres de los cuales mueren a muy corta edad. Se reveló, la Santa, como perfecta esposa y madre cristiana. Toda  la ternura que había acumulado solamente para Dios, se volcó en su esposo e hijos; el amor al retiro y a la oración la llevaron a convertir su casa en un templo; su espíritu de sacrificio y abnegación le dio fuerzas para entregarse a todos sin más medida que la del mismo amor con que a todos amaba.
Luego llegará la guerra, los franceses ocupan Barcelona en 1808 y su marido es llamado como capitán de Reserva. Joaquina, con 26 años, huye con sus hijos a Montseny.
Cuando llega la paz la familia regresa a Barcelona. La salud de Teodoro queda dañada por la guerra, y en poco tiempo fallece de tuberculosis. A pesar de su dolor, Joaquina no pierde la confianza en Dios. Educa a sus hijos con sencillez y ejemplo. La mayor se consagra a la vida religiosa, otro militar, otros se casan, pero todos siguen cuidando de su madre. Es comunicativa, generosa y diligente. Entre 1816 y 1826 vive en Vic, donde pasa su viudez.
Aquella llamada divina de los 12 años reaparece, enriquecida por la experiencia matrimonial y la maternidad.
En 1819, se encuentra con Fray Esteban de Olot, quien se convierte en su director espiritual y quien ayudará a Joaquina a en su propósito de fundar un instituto de hermanas dedicadas a la educación y a la salud. La edad de sus hijos y el momento político-social permitían apurar los acontecimientos. Joaquina es objeto de críticas por comprometerse con los más pobres y marginados de Vic. No era bien visto que una mujer de su categoría se tratara con gente más baja, socialmente hablando. Confía a su amigo personal José Estrada su idea de ser religiosa y formar hermanas que abracen todas las necesidades de los pueblos, ayudar a los enfermos y enseñar a las niñas. Su amigo es a partir de ese momento un soporte moral para Joaquina.
Fueron tiempos difíciles. Joaquina no descuida a sus hijos y trabaja en el proyecto que tiene fijado.
El 6 de enero de 1826 Joaquina pronuncia sus votos religiosos. Joaquina es sencillamente Joaquina, por razón de su bautismo, y lleva apellidos de madre y padre, de Vedruna y Vidal, y añade el del marido, de Mas a usanza de la época. Y suma ahora el que se le confiere por la profesión religiosa: del padre San Francisco. Joaquina, hay que decirlo, nunca restó en la vida, sumó siempre; no arrinconó con el nombre ningún pasado. Hasta sus últimos días será frecuente su firma indistinta, como Joaquina de Mas, Joaquina de Vedruna y de Mas, Joaquina de San Francisco, Joaquina de Mas de San Francisco, etc.
Nueve muchachas humildes quieren acompañar a Joaquina y, luego de pedir autorización al obispado, comienzan a trabajar juntas. Joaquina no construye un convento, trabaja en la casa que heredó de su marido. El 26 de febrero de 1826 realizó la fundación en forma humilde en la Iglesia de los capuchinos en Vic.
Joaquina trabaja incansablemente por los más necesitados y siempre con la misma voluntad básica: ser de Dios. Dios es el único absoluto en su vida.
Vive en el exilio, después de haber estado presa por ser madre de un carlista. Le cierran casas, excepto las casas de caridad de Barcelona y Vic, y los hospitales de Solsona y Cardona. Mantiene contacto por correo con Barcelona. Luego de 6 años regresa a Vic. Pero las cosas no le son fáciles. Recibe ayuda del Padre Antonio María Claret.
Entre 1843 y 1853 Joaquina crea 19 comunidades que atienden 31 obras. Además reacondiciona las que ya había formado.
La salud de Joaquina comienza a flaquear. Ella va aceptando positivamente y con lucidez el declive de sus fuerzas físicas y más tarde, a pesar de su decadencia psíquica, conservará  aquella conciencia de estar plenamente en las manos de Dios. Muere de cólera el 28 de agosto de 1854 .
El amor de Dios consolidó el amor entrañable a los demás y le hizo concebir la muerte como el paso a la vida que no acaba.
Su herencia es la obra apostólica destinada a multiplicarse. La Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna traduce hoy la misión de Joaquina con idéntico espíritu:
Anunciar a todos los pueblos la Buena Nueva, y continuar en el mundo el proyecto liberador de Jesús. La obra de Joaquina tiene el sentido dinámico del Evangelio, su carisma no tiene fecha de caducidad.
Historia
Reseña Histórica        
Sta. Joaquina de Vedruna                                
Madre Leonor Maturana
Nace el 16 de abril de 1783 en Barcelona, en el seno de un hogar profundamente cristiano. Quinta hija del matrimonio Teresa de Vidal y Lorenzo Vedruna. Fueron 8 hermanos.
Recibió el Bautismo el mismo día de su nacimiento en la Iglesia del Pino.
Como otras familias de la época tenían un preceptor (Profesor) que les daba clases en su hogar. Joaquina aprendió a leer en castellano y en catalán.
Tuvo una adolescencia muy corta. A los 12 años se siente llamada a servir a Dios, pero se lo impiden por su corta edad. A los 16 años se casa con Teodoro de Mas, el domingo de Pascua de 1799.
No es aceptada por los suegros hasta que nace su primer hija: Anita. Fue madre de 9 hijos, tres de los cuales mueren a muy corta edad. Se reveló, la Santa, como perfecta esposa y madre cristiana. Toda  la ternura que había acumulado solamente para Dios, se volcó en su esposo e hijos; el amor al retiro y a la oración la llevaron a convertir su casa en un templo; su espíritu de sacrificio y abnegación le dio fuerzas para entregarse a todos sin más medida que la del mismo amor con que a todos amaba.
Luego llegará la guerra, los franceses ocupan Barcelona en 1808 y su marido es llamado como capitán de Reserva. Joaquina, con 26 años, huye con sus hijos a Montseny.
Cuando llega la paz la familia regresa a Barcelona. La salud de Teodoro queda dañada por la guerra, y en poco tiempo fallece de tuberculosis. A pesar de su dolor, Joaquina no pierde la confianza en Dios. Educa a sus hijos con sencillez y ejemplo. La mayor se consagra a la vida religiosa, otro militar, otros se casan, pero todos siguen cuidando de su madre. Es comunicativa, generosa y diligente. Entre 1816 y 1826 vive en Vic, donde pasa su viudez.
Aquella llamada divina de los 12 años reaparece, enriquecida por la experiencia matrimonial y la maternidad.
En 1819, se encuentra con Fray Esteban de Olot, quien se convierte en su director espiritual y quien ayudará a Joaquina a en su propósito de fundar un instituto de hermanas dedicadas a la educación y a la salud. La edad de sus hijos y el momento político-social permitían apurar los acontecimientos. Joaquina es objeto de críticas por comprometerse con los más pobres y marginados de Vic. No era bien visto que una mujer de su categoría se tratara con gente más baja, socialmente hablando. Confía a su amigo personal José Estrada su idea de ser religiosa y formar hermanas que abracen todas las necesidades de los pueblos, ayudar a los enfermos y enseñar a las niñas. Su amigo es a partir de ese momento un soporte moral para Joaquina.
Fueron tiempos difíciles. Joaquina no descuida a sus hijos y trabaja en el proyecto que tiene fijado.
El 6 de enero de 1826 Joaquina pronuncia sus votos religiosos. Joaquina es sencillamente Joaquina, por razón de su bautismo, y lleva apellidos de madre y padre, de Vedruna y Vidal, y añade el del marido, de Mas a usanza de la época. Y suma ahora el que se le confiere por la profesión religiosa: del padre San Francisco. Joaquina, hay que decirlo, nunca restó en la vida, sumó siempre; no arrinconó con el nombre ningún pasado. Hasta sus últimos días será frecuente su firma indistinta, como Joaquina de Mas, Joaquina de Vedruna y de Mas, Joaquina de San Francisco, Joaquina de Mas de San Francisco, etc.
Nueve muchachas humildes quieren acompañar a Joaquina y, luego de pedir autorización al obispado, comienzan a trabajar juntas. Joaquina no construye un convento, trabaja en la casa que heredó de su marido. El 26 de febrero de 1826 realizó la fundación en forma humilde en la Iglesia de los capuchinos en Vic.
Joaquina trabaja incansablemente por los más necesitados y siempre con la misma voluntad básica: ser de Dios. Dios es el único absoluto en su vida.
Vive en el exilio, después de haber estado presa por ser madre de un carlista. Le cierran casas, excepto las casas de caridad de Barcelona y Vic, y los hospitales de Solsona y Cardona. Mantiene contacto por correo con Barcelona. Luego de 6 años regresa a Vic. Pero las cosas no le son fáciles. Recibe ayuda del Padre Antonio María Claret.
Entre 1843 y 1853 Joaquina crea 19 comunidades que atienden 31 obras. Además reacondiciona las que ya había formado.
La salud de Joaquina comienza a flaquear. Ella va aceptando positivamente y con lucidez el declive de sus fuerzas físicas y más tarde, a pesar de su decadencia psíquica, conservará  aquella conciencia de estar plenamente en las manos de Dios. Muere de cólera el 28 de agosto de 1854 .
El amor de Dios consolidó el amor entrañable a los demás y le hizo concebir la muerte como el paso a la vida que no acaba.
Su herencia es la obra apostólica destinada a multiplicarse. La Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad de Vedruna traduce hoy la misión de Joaquina con idéntico espíritu:
Anunciar a todos los pueblos la Buena Nueva, y continuar en el mundo el proyecto liberador de Jesús. La obra de Joaquina tiene el sentido dinámico del Evangelio, su carisma no tiene fecha de caducidad.
Diseño : 2do. Año Polimodal - Ciclo Lectivo 2008 - Coordinación: Prof. Valeria Accomo